Todos somos conscientes del crecimiento del empleo informal y especialmente por el incremento en el desplazamiento de personas hacia las ciudades, donde buscan una mejor alternativa para sus vidas. Es así que vemos que al volver la violencia en los campos ocasionada por los grupos al margen de la ley, muchos se han desplazado a las ciudades como una alternativa para proteger su vida, a sabiendas que aquí van a encontrar menos oportunidades. También vemos el problema de nuestros hermanos Venezolanos, que ante la carencia de alimentos y elementos básicos se han dirigido a las ciudades colombianas para poder sobrevivir. Y a esto se acompaña la tasa de desempleo en que vive el país.

Hoy vemos que ciudades como Cúcuta, Pamplona y Bucaramanga se han sobrepoblado de mano improductiva, y no se ha dado por parte del Estado una política de generación de empleo o de alternativa social que llegue a solucionar los probemas del desplazamiento masivo.

También encontramos los parques y semáforos atestados de personas, así como un incremento en el mendigaje y de la delincuencia; vemos muchas personas que deambulan pidiendo algo para poder sobrevivir y la ciudad sin alternativas para poderle dar trabajo a todo este grupo social. El problema empezará cuando estas personas no puedan conseguir lo necesario para sobrevivir, aumentando el desempleo y las tasas de delincuencia, haciendo inviables estas ciudades que historicamente se han distinguido como pacíficas o buenos vivideros.

El crecimiento de las obligaciones fiscales para las empresas hace casi imposible que sea el sector privado el que genere este mayor empleo y soluciones a estos problemas sociales. Además cada día surgen más obligaciones para los formales, que hacen que la formalidad desaparezca. Es necesario que a nivel nacional y municipal se elaboren políticas serias para resolver este flagelo, antes que no exista solución social para ésta sobrepoblación y que desaparezca el nombre de la ciudad bonita.

Fuente: Vanguardia Liberal

Autor: Dr. Ramiro Serrano

URL: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/ramiro-serrano/425294-no-hay-cama-para-tanta-gente