El desplome de un ascensor sucedido esta semana en la ciudad de Bucaramanga donde quedaron lesionadas ocho personas, así como los reiterados accidentes que se han generado por la falta de mantenimiento en estos equipos, son una alarma que nos indica que puede haber más accidentes y con mayor gravedad.

Muchas veces en las propiedades horizontales se tienen ascensores que ya cumplieron su vida útil y que no aguantan ni una repotencialización, y en caso de un accidente de estos deberá responder la copropiedad o los administradores cuando no han informado sobre la necesidad de los cambios por el riesgo que esto genera o por la carencia de mantenimiento.

Hoy todos entramos a un Edificio y nos trasportamos en dichos ascensores pero nunca sabemos en qué condiciones se encuentran estos equipos y si verdaderamente le están haciendo los mantenimientos de rigor.

Ciudades como Bogotá ya exige que todo ascensor que esté en funcionamiento en propiedad horizontal, debe tener una certificación de calidad, la cual garantice la inexistencia de riesgos, una certificación del tiempo de uso, determinados implementos del ascensor y que tenga los mantenimientos al día por parte de una firma certificada; esto para garantizar la vida de quienes lo utilizan.

Muchas veces se busca el mantenimiento más económico, pero no el más efectivo; ni el que cumple con las condiciones de seguridad de los residentes y propietarios. Ante tanta construcción vertical, ya es hora de que se reglamente este tipo de transporte inmobiliario, no solo para garantizar a quienes se suben en ellos, sino para evitar tragedias más grandes e irreversibles para la ciudad.

Ahora le queda éste oficio al concejo de Bucaramanga, para que tome el ejemplo de la ciudad de Bogotá, ya que este no es un problema de los edificios, sino de todos los ciudadanos que circulamos en esta clase de transporte inmobiliario.

Fuente: Vanguardia por el Dr. Ramiro Serrano

URL: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/ramiro-serrano/423167-se-nos-vino-el-ascensor